Llevo una semana perdida del blog... Mira que me propuse escribir al menos dos posts a la semana, ¡pero hay veces que es imposible! Así que para compensaros, os traigo hoy la última tarta que he hecho y que me encanta. ¡Un barco pirata!
Cuando Nacho vio la tarta, me dijo: ¡jo mami, ésta mola más que la mía!" Jajaja. Estaba emocionado con la tarta de su amigo Leo.
La verdad es que me llevó bastante tiempo hacerla, porque llevaba un montón de detalles, y algunos hay que hacerlos al menos un día antes para que se sequen bien y aguanten luego, por ejemplo, las dos velas. Así que el día de antes me pasé la noche haciendo cañones, balas, barandillas, velas, escaleras, cofre del tesoro, timón... Para que endurezca mejor, añado al fondant un poquito de CMC.
Para hacer la forma del barco, hice un bizcocho de chocolate con nata (receta aquí) rectangular, y con una plantilla redondeé un extremo. Hice dos bizcochos, que partí por la mitad cada uno. Hice tres pisos de tarta y el cuarto trozo lo utilicé para hacer las diferentes cubiertas. Y para el relleno, hice la crema de chocolate con naranja de la misma receta. María, la mami de Leo, me dijo que por qué no hacía una tarta para niños pero con interior de adultos (porque al final somos nosotros los que acabamos comiendo la tarta...). Así que eso hice.
Como veis en la foto, cubrí la tarta con la crema y lo metí en la nevera unas cuantas horas para que quedara bien dura la cobertura y fuera más fácil cubrir la tarta con fondant. (Al fondo de la foto se ven los recortes que tuve que hacer y que me he ido comiendo yo a lo largo de la semana....).
Después cubrí tarta con fondant marrón, y fui añadiendo detalles.
La decoración no es muy difícil, pero sí que es muy laboriosa, parece que no son muchas cosas, pero lleva su tiempo. Así que si alguno se anima a hacer una tarta así, organizaros bien e intentad dejar hechos unos cuantos adornos antes.
Para pintar las velas, utilicé rotulador negro comestible. La calavera la hice con un cortapastas que compré para el cumple de mis pequeños. Marqué el dibujo en el fondant, y luego lo repasé y rellené con el rotulador.
Para terminar de decorarla, con papel pinocho intenté imitar las olas del mar.
Y éste es mi barco pirata, que hice con todo el cariño para un niño muy especial, Leo, compañero del cole de Nacho y que me tiene enamorada, porque es una dulzura. Así que desde aquí le doy las gracias a su mami por pedirme que le hiciera la tarta, ¡porque disfruté yo más haciéndola que ellos comiéndola!
¡A ver si esta semana os pongo otra tarta que hice la semana pasada y que también me encantó!
Mil dulces besos!!
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